La Bogotá del siglo XIX es muy diferente a la Bogotá de este siglo. Durante el siglo XIX, la electricidad apenas comenzaba a instalarse en las calles a finales de siglo, cuando en 1890 fueron instaladas centenares de lámparas de 1.800 bujías, en las calles del centro de la ciudad, dando inicio a la modernidad y dictando el fin de las vela , lámparas de petróleo y gas.
A finales del silgo la cuidad contaba con 80 mil habitantes, y aumento en tan solo 20 años a 120.000 habitantes, hecho que procuro diferentes cambios, especialmente en torno a la movilidad y el transporte público, “Un hecho curioso en la historia del transporte en Bogotá, fue la prohibición, entre 1844 y 1877, de tránsito de carruajes por las calles de la ciudad "por el daño que podrían ocasionar los coches a los adoquines y las redes de acueducto". De esta manera, los carruajes sólo podían llegar hasta las plazas de San Diego, San Victorino, Las Cruces y San Agustín y desde allí se caminaba o se usaban carretillas para el transporte de carga.”
Para 1876 una empresa de carruajes inició en la ciudad debido a que el aumento de la población ameritaba el establecimiento de un servicio público de transporte. Estos coches eran tirados por dos caballos, y tenían capacidad para 10 pasajeros. En el año 1881, con la ley 30 se legalizó el transporte público en la ciudad, dando paso a los primeros tranvías tirados por mulas, El Tranvía, tirado por una pareja de mulas, que "iniciaba su recorrido en el Puente de San Francisco (más tarde prolongó hasta la Plaza de Bolívar), continuaba por la carrera séptima hasta San Diego, donde bajaba a la carrera 13 y seguía hacia Chapinero. Al llegar a las terminales se volteaban los espaldares de las sillas, se pasaban las mulas al otro extremo del carro y arrancaba de nuevo, por los inmensos barrizales que hacían la vía casi intransitable para los peatones."
Tranvías de mulas por la carrera séptima
Tranvía de mulas en los potreros hacia Chapinero.
Carruajes abiertos y cerrados, Bogotá siglo XIX
Tranvía de mulas en los potreros hacia Chapinero.
La ubicación de la ciudad correspondía a una organización diferente, de forma que lugares que hoy hacen parte del corazón de la ciudad, eran pueblos cercanos a Bogotá. En su obra Los Aguinaldos en Chapinero, Eugenio Díaz Castro hace la siguiente descripción: “Al norte de la ciudad de Bogotá, como a una legua de distancia, en el punto mismo donde la Sabana se deslinda con las lomas que sirven de base a los páramos de oriente, está situada la pequeña aldea de Chapinero”, lugar en el que las familias Bogotanas pasaban las vacaciones y “El ancho camino, que fue trazado por los españoles desde Bogotá hasta Zipaquirá, pasa por la misma aldea”
Fuentes:
El Sector Electrico Colombiano, origenes, evolución y retos - un siglo despues (1882 - 1999). ed. ISA. - Biblioteca EEB -
Historia del transporte público en Bogotá. Tomado de: http://informaticatecnologia.net/bc/index.php?option=com_content&task=view&id=52&Itemid=0
Recuperado el 18 de Mayo de 2012
Los aguinaldos en Chapinero, Eugenio Díaz, 1873. Tomado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/literatura/aguinaldo/agui0.htm
Recuperado el 18 de Mayo de 2012
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